«Somos los que comemos» y nuestra colaboradora Ana Moya nos da las bases para que nuestra salud no se resienta con los excesos o con algún tipo de dieta poco equilibrada. Una alimentación sana es garantía de una buena calidad de vida.
Antes de empezar a hablar de alimentación saludable y equilibrada, me gustaría explicar primero “¿Qué es la alimentación y por qué es tan importante para nosotros?”
La alimentación se define como la ingestión de alimentos, cuya finalidad es obtener de ellos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para conservar la salud. Es un proceso automático y voluntario, que no sólo consiste en comer para vivir o para saciar el hambre, es algo mucho más complejo, ya que está condicionado por diversos factores (ambientales, sociales, genéticas…) que son los que determinan una buena o mala nutrición.
La fruta será un gran aliado. Ensalada de frutas de Sugg-r
Se le da tanta importancia a la alimentación porque es la gasolina que necesita nuestro cuerpo para poder funcionar, sin ella no podemos movernos. Una forma muy sencilla de entenderlo es la siguiente: si tenemos un coche diesel al que llenamos con gasolina, éste se estropeará y dejará de funcionar.
Lo mismo le pasa a nuestro cuerpo, cuando ingerimos alimentos que no nos aportan más que un placer momentáneo (comida rápida, bollería industrial…), nuestro cuerpo deja de funcionar correctamente, se encuentra cansado/pesado y rápidamente pide comer (gasolina) otra vez. Mientras que cuando comemos alimentos ricos en vitaminas, minerales y energía (verduras, frutas, legumbres…), nuestro cuerpo está activo y funciona sin problemas hasta la siguiente comida.
Un dip con crudités pueden ser un sano picoteo
Una vez sabemos lo que es la alimentación, ya podemos empezar a hablar y explicar “¿qué es la alimentación equilibrada y en qué consiste?”.
La alimentación equilibrada es aquella en la que incluimos alimentos variados en cantidades que se adapten a nuestras condiciones personales. Por lo que el equilibrio no se traduce como la ingesta de mucha cantidad comida, sino como la calidad y variedad de la misma.
El mejor ejemplo de dieta saludable y equilibrada es la ”Dieta Mediterránea”, que se basa principalmente en el consumo de cereales, hortalizas, frutas, pescados (tanto blancos como azules), aceite de oliva, legumbres (lentejas, garbanzos, judías blancas, judías pintas), frutos secos y carnes magras (ternera blanca, pollo, pavo).
Incorpora platos de la dieta Mediterránea, como este Empedrado de Nina’s Kitchen
Pero debido a la globalización, estamos perdiendo las viejas costumbres de nuestros abuelos:
- Hemos dejado de consumir alimentos de temporada y locales.
- Importamos alimentos de todas partes del globo terráqueo porque somos caprichosos (ejemplo: piña, mango, aguacate…)
- Hemos ido convirtiendo, poco a poco, nuestra variada y saludable alimentación en monótona, grasienta e hiperprotéica (excesiva cantidad de proteínas en nuestras comidas),
- No somos conscientes que “somos lo que comemos” y que estos cambios en la alimentación son los responsables de muchas de las enfermedades que invaden nuestra sociedad (obesidad, diabetes, cáncer, hipertensión, hipercolesterolemia…).
En conclusión, para tener una dieta sana y equilibrada debemos:
- Intentar consumir aquello que nos proporciona la tierra en la que vivimos
- Seguir las tradiciones de nuestros abuelos: “Dieta Mediterránea”
- Ser conscientes de aquello que consumimos: “Dime que comes y te diré como estás”
- Ser activos físicamente.
Los 4 pasos para llevar una dieta sana y equilibrada
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